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Sin milagro

ROMA -- Se necesitaba un milagro, pero no fue posible: si bien a cabeza alta, Lazio perdió claramente en Madrid ante Real y se despidió de la aventura continental. En cambio, ni Inter ni Roma, ya clasificados y con las respectivas posiciones asignadas, tuvieron problemas en la última fecha de la primera fase de la UEFA Champions League, mientras que Milan había adelantado la última fecha a la semana pasada, para viajar a Tokio tranquilo.

Así, el Calcio pudo llevar tres equipos a la segunda fase, la de eliminación directa a partir de octavos de final, al igual que España, mientras que Inglaterra hizo el "en plein" con cuatro clubes adentro, gracias a la extraordinaria recuperación del Liverpool, que tenía 1 punto luego de los tres primeros partidos.

El lote de clasificados para octavos se completa con un portugués (Porto), un francés (Lyon), un griego (Olympiakos), un turco (Fenerbahce), un alemán (Schalke 04; muy mal Alemania, que dejó a dos por el camino) y un escocés, el infaltable Celtic de Glasgow.

Con respecto a las posiciones de privilegio, los españoles hicieron la parte del león, porque los tres clasificados fueron primeros en sus grupos. Italia e Inglaterra metieron dos y el último fue el Porto.

A nivel de sorteo, que se desarrollará el viernes próximo, Roma no podrá tener a los italianos (Inter y Milan) en octavos ni al Manchester, que estaba en su grupo. Le quedan entonces Barcelona, Chelsea, Real, Porto y Sevilla: para evitar los dos primeros, favorables los dos últimos, equilibrada con el Real.

Inter puede pescar a Liverpool, Arsenal, Lyon, Schalke, Olympiakos y Celtic: para evitar los dos primeros, mucho más fáciles los del medio, pan comido los dos últimos.

Para el Milan panorama similar, con Liverpool, Arsenal, Lyon, Schalke, Olympiakos y Fenerbahce: evitando los ingleses, no debería haber problemas. Igual, los octavos comienzan el 19 de febrero: hablando de fútbol, falta una eternidad.

CON LA CABEZA ALTA
Quizá, si el Real ya hubiera estado clasificado, la historia podría haber sido diferente, pero los madrileños necesitaban sumar para asegurarse la clasificación y ganar para atrapar la primera plaza que, como vimos recién hablando de los posibles rivales en el sorteo, no es un detalle menor.

Así, a pesar de un buen comienzo de los romanos, con presión alta, buen manejo y movilidad de los delanteros, la actitud agresiva del local descubrió enseguida las grandes grietas en el fondo albiceleste y el palo salvó a la visita en ocasión de un cabezazo de Raúl en jugada de tiro de esquina.

Iban apenas cinco minutos, pero la suerte ya estaba echada: al minuto 13 Baptista, algo desplazado por izquierda, se acentró, con un amague liberó la derecha y anotó con un disparo cruzado al segundo palo, un bonito tanto.

Cocinado y comido: dos minutos después, Raúl se tomó revancha, nuevamente en jugada de tiro de esquina, y esta vez su cabezazo se fue al fondo de la red. Llamativa fue la impotencia de la defensa visitante. Inclusive, en la primera ocasión Mudingayi lo tomaba a Raúl: luego del cabezazo en el palo, se decidió cambiar y con el español fue Ledesma, que también le regala muchos centímetros, y esta vez fue gol.

Lo que quedó del partido fue poco más que un entrenamiento. El Real trataba de dar espectáculo, la Lazio de aprovechar los espacios en contraataque. Bonito fue el tercero local, una linda doble pared entre Robinho y Van Nistelrooy, con el brasileño que, aprovechando el off side mal tirado por la defensa, pudo pararla y definir con un remate violento.

En el complemento, sobre el final, el Real aflojó y la Lazio pudo salvar el honor, primero gol en gol de Pandev (centro desde la derecha de Rocchi) y luego con el penal que, en tiempo de descuento, Rocchi tiró a las manos de Casillas.

De cualquier manera, quizá haya sido mejor así: la Lazio disputó una primera fase dignitosa, estuvo a tiro de clasificarse (perdió su chance en casa ante Olympiakos) pero no estaba equipada para jugar campeonato y Champions al mismo tiempo y, de haber seguido en carrera, posiblemente hubiera arriesgado algo en el torneo local.

En cambio, el sueño acabó pero les servirá a los dirigentes como experiencia y a los jugadores como viático: por lo menos demostraron de que sí podían estar en el máximo nivel europeo.

PAPITA PARA SUAZO
Varias veces nos preguntaron: ¿Inter para qué lo compró a Suazo, teniendo a tantos delanteros? Bueno, acá está la respuesta: Inter compró a Suazo para los partidos como éste, en los que el rival tiene que atacar y a la delantera nerazzurra le quedan grandes espacios para aprovechar y además el metro de juicio de los referís es más severo y no se puede golpear impunemente como se hace en Italia.

Suazo, luego de haber aprendido que esto no es Cagliari y que se tenía que recortar su espacio, entendió la lección y hace lo que se espera de él. En este caso, por ejemplo, ganó el partido él solito.

Inter se había presentado con el 4-3-3 en el que el hondureño estaba suportado por Cruz y Crespo. Suazo primero, con sus cortes, le abrió el camino a los remates de Solari y Cruz, luego aprovechó la pradera que tenía en frente, se fue en velocidad y "lo expulsó" al pobre Méndez, quien había quedado como último hombre y no tuvo más remedio que bajarlo con falta.

Con la superioridad numérica, el resto fue papita para el loro, o mejor dicho papita para Suazo, puesto que sus aceleraciones se volvieron aún más letales. Como en ocasión del gol: el hondureño la robó en el medio, se fue en velocidad, saltó como postes a un par de defensores y, "nobleza obliga", le sirvió el gol a Cruz quien, a la hora de facturar, raramente hace descuentos.

Por fin, el equipo de Moratti y Mancini se presenta a la línea de largada de la fase decisiva del torneo con el troquel de gran candidato. Hasta ahora, en los 21 partidos oficiales disputados, perdió sólo dos veces, la Supercopa italiana ante Roma y el primer partido de Champions en casa de Fenerbahce (luego metió 5 triunfos consecutivos): como se nota, ambas en la fase inicial de la temporada. Luego de eso voló, a pesar de los muchos lesionados: Vieirá, por ejemplo, hasta aquí no apareció, al igual que Materazzi, por no hablar de Adriano.

En suma, el potencial para ganar la Champions está todo: el resto será una cuestión de nervios, experiencia y sangre fría en los momentos decisivos. Inter ya superó la fase en la que necesitaba desesperadamente el triunfo, luego de siglos de ayuna: sabe lo que vale, sabe como hacerlo pesar, en suma tiene todo en sus propias manos.

CIERRE SIN REVANCHA
Roma, si bien clasificada y sin chances de atacar la primera posición, tenía una misión en este partido: tratar de vengarse de la humillación sufrida en Manchester hace 8 meses atrás, cuando en el partido de vuelta de los cuartos de final fue derrotada con un terrible 7 a 1 por los Red Devils.

En cambio, no pudo ser: el partido acabó 1 a 1, con los goles de Piqué y Mancini y tampoco fue muy brillante que digamos, máxime porque ambos se presentaron con equipos con muchos ausentes importantes, Ronaldo y Tevez (más toda la defensa titular) en la visita y De Rossi, Vucinic y varios más entre los locales.

Sin embargo, Roma no jugó un mal partido y pudo haber ganado, se mostró mucho más reactiva que en Livorno y trajo buenos auspicios por la complicadísima visita a Torino del próximo domingo.

Manchester arrancó el partido como si necesitara los tres puntos: evidentemente, los suplentes querían ganarse puntos importantes en la consideración de Ferguson, una actitud que los italianos deberían aprender y copiar.

Así, luego de un comienzo de ida y vuelta pero con mayor presión visitante, los Rojos se pusieron merecidamente en ventaja, con un cabezazo del joven central defensivo Piqué en ocasión de un tiro de esquina ejecutado por Nani.

Ahí Roma se despertó, porque no era cosa de acabar el camino de la primera fase con una derrota como local: Mancini astilló el travesaño en la más peligrosa de las llegadas locales de la primera etapa.

En el complemento, con los ingresos de De Rossi, Vucicnic y Giuly, Roma mejoró aún más y comenzó a merodear el arco rival con insistencia, pero también Manchester tuvo chances en contragolpe y Doni salvó muy bien su arco, saliendo sobre los pies de Saha.

Roma no quería perder y, luego de haber alcanzado el empate con un delicioso derechazo a girar de Mancini, servido por Vucinic, hasta pretendió ganarlo. En realidad creó muchas ocasiones para hacerlo, la más clara de las cuales fue el palo que le dijo no a Vucinic; sobre el final, el mismo delantero erró desde posición inmejorable el gol del posible triunfo.

Ahora los giallorossi tienen que esperar en un sorteo favorable: la posibilidad de repetir los cuartos de la temporada anterior es real. Además, sacándole provecho a la experiencia acumulada y, mejorando un poco (especialmente Totti que, entre lesiones y recuperación, aún no pudo alcanzar su mejor forma), hasta se puede soñar con alguito más que eso.